Quiebre inminente de las isapres: ¿está preparado el sistema público de salud?

stethoscope, hospital, doctor-840125.jpg

El sistema de salud chileno está enfrentando un momento muy complejo, aunque poco entendido, asimilado y muy mal dimensionado, como fruto de la mal llamada “crisis de las isapres”.

Mal llamada porque, de concretarse la muy probable quiebra de varias isapres producto del nulo interés del Ejecutivo de escuchar el planteamiento de infinidad de expertos, vamos a enfrentar una crisis sistémica –sanitaria, laboral, financiera y política–, de todo el sistema de salud, que afectará a millones de personas y a muchos prestadores y proveedores privados, tensionando aún más a un debilitado y conflictivo sector estatal, tanto asegurador (Fonasa) como prestador (Servicios de Salud y APS).

Nadie duda de que el sistema de aseguramiento privado (isapres u otro nombre) requiere cambios importantes –largamente postergados– que, entre otras cosas, lo asimile cabalmente a un esquema de Seguridad Social.

Por lo mismo, ante esta exigencia legal que impone el fallo de la Tercera Sala de la Corte Suprema, se ha puesto mucho foco en lo que ocurrirá con el sector privado –isapres, seguros complementarios, prestadores y proveedores de fármacos, insumos y equipamiento–, pero muy poca atención en las debilidades del sector estatal para potencialmente hacerse cargo de la migración masiva de usuarios acostumbrados a una mayor y más desregulada demanda.

Son conocidas las crecientes listas de espera que se traducen en miles de muertes evitables; estas podrían ser muy superiores de no existir la Modalidad de Libre Elección (MLE) del Fondo Nacional de Salud, cuyo uso implica un creciente gasto de bolsillo de los pacientes Fonasa y de sus familias.

Esta MLE significa además un creciente gasto fiscal que se agrava por el escandaloso sobreconsumo de licencias médicas que ya significan más del 60% de los ingresos de Fonasa por cotizaciones obligatorias. Pocos visualizan, ante la quiebra de isapres, el caos que se producirá con la quiebra de muchísimos prestadores privados institucionales que atienden esta demanda de MLE.

Puede ser que, por necesidad y capacidad de oferta, exista disponibilidad de atención médica, pero sin los debidos soportes que hoy necesariamente son otorgados a nivel institucional, como son laboratorios, imágenes y muchos procedimientos tanto ambulatorios como hospitalizados; esta demanda no podrá ser satisfecha por los actuales prestadores estatales ya asfixiados.

Un tema especialmente crítico es el rendimiento de la fuerza laboral contratada en el sector público; temas como el escandaloso ausentismo laboral (33,2 días/año solo en licencias médicas curativas/trabajador) o el rendimiento de los médicos liberados de guardia deben ser abordados, ya que existe consenso de que esta es una de las causas de la menor productividad evidenciada, pese a los enormes y crecientes apoyos financieros inyectados al sector.

Urge implementar soluciones en esta materia, ya que podrían reducirse significativamente muchas listas de espera y disminuir círculos viciosos de aumento de gasto público por incentivos mal puestos (por ejemplo, compra de servicios a sociedades médicas constituidas por funcionarios de los mismos servicios o aumentos importantes en horas extraordinarias).

WP Radio
WP Radio
OFFLINE LIVE